Discriminación en México: problemática social extendida
¿Alguna vez te has sentido discriminado de alguna forma, ya sea por tu apariencia física, por tu vestimenta, por tu preferencia sexual o por tu condición económica? Si es así, probablemente te encuentras en el 42% de la población que así lo percibe, de acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Opinión Pública de la UVM (2022).
De acuerdo con este estudio, una cantidad importante de mexicanos se ha sentido discriminado por lo menos en el último año. 26% de ellos lo han sentido debido a su apariencia física o el estilo de vestimenta, mientras que el 15% se ha sentido discriminado por su género y un 13% por el estrato económico en el que se encuentra.
Pero ¿qué es la discriminación? De acuerdo con la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, esta se entiende como “toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción y omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir o impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades” por distintos tipos de causas, como lo son el origen étnico, color de piel, cultora, edad, religión, etcétera.
La opinión de la gente no está lejos de la definición formal en nuestro país. El 30% de los entrevistados asocian el término con menosprecio y el 24% con trato desigual o diferente. El problema es visto como uno de gran importancia, pues la percepción generalizada es que es un problema existente en nuestro país (76%) que no se discute públicamente (60%) sobre todo por falta de empatía (52%). En aquellos casos en los que se llega a tratar el tema públicamente, la discusión es escueta, sin la profundidad y seriedad necesaria (84%).
Las razones por las cuáles alguna persona discrimina a otra son variadas; los sentimientos de superioridad ya sea económica, por género, raza o intelectual se presenta en 22% de las ocasiones de acuerdo con los entrevistados; en el 19% de los casos se trata de una falta de educación o valores y un 18% atañe a las características de la persona agredida(religión, raza, preferencias sexuales).
El tema afecta a muchos grupos en la sociedad mexicana, pero los que, de acuerdo a la percepción de la gente, tienen el mayor índice de discriminación son las poblaciones indígenas (69%) las personas de bajos recursos (62%) las personas de la comunidad LGBT (61%) y las personas con algún tipo de discapacidad (59%).
El 90% de las personas dice que es fácil o muy fácil identificar si se es víctima de discriminación, y en un mismo porcentaje pueden darse cuenta de que una persona está siendo discriminada. En el 78% de los casos, las personas que comenten la discriminación se dan cuenta de que están llevando a cabo acciones que afecten a otros en este sentido. En este mismo tenor, la gente considera que en el 76% de los casos, la gente que discrimina a otros es consciente de que está haciéndolo, descartando que, las actitudes sean producto de un descuido o sin intención. Discriminar es entonces, un acto de dolo en la mayoría de las ocasiones. La percepción generalizada (75.7%) es que nada justifica discriminar, ni por manifestar determinadas preferencias sexuales, ni por las costumbres que posee, por discrepar en ideas o por pertenecer a otra religión.
Hay muchas maneras de percibir la discriminación en nuestro país, pero las formas más evidentes, de acuerdo con la percepción arrojada en el estudio del COP son a través de agresiones verbales (87%), la negación de algún servicio o trámite (77%) y el mal trato en general (76%).
Si tu respuesta inicial, sobre si te has sentido discriminado alguna vez fue afirmativa, ¿cuál ha sido tu reacción ante tal eventualidad? El 46% de los entrevistados dicen no haber hecho nada y el 24% ha respondido en forma verbal. El combate a la discriminación debe comenzar desde alzar la voz y no quedarse callado al momento de sufrir o ver a alguien más ser discriminado. El CONAPRED (2022) nos recuerda, que este tipo de actos deja efectos negativos en los individuos; la pérdida de derechos y desigualdades pueden llevar a los afectados a tener sentimientos de aislamiento, a sufrir violencia y, en los escenarios más catastróficos, a perder la vida. El tema debe ser puesto en la mesa de discusión en los diversos escenarios de nuestro país con mucha más claridad e importancia, dejando de normalizar conductas que, para muchos, son cosas sin importante, pero que, como se ha comentado, pueden tener consecuencias lamentables en una porción muy importante de la población en nuestro país.
Como nota final, recordemos que la educación, en todos los ámbitos de nuestra sociedad, es la clave para combatir todos estos males que aquejan a la población mexicana. No es una tarea fácil ni de rápida solución, pero es la vía correcta y la que, al final, podrá tener un resultado favorable para todos los miembros de la sociedad.
Licenciado en Mercadotecnia por la Universidad Privada del Estado de México. Tiene el grado de Maestría en Administración de Negocios por la misma Universidad. Así mismo ha concluido una Maestría en Educación Basada en Competencias por parte de la Universidad del Valle de México.
Actualmente es Académico de Carrera de Tiempo Completo en la Universidad del Valle de México, campus Hispano en el área de Negocios.