Reforma Energética

A dos años de la Reforma energética: de su necesidad a la percepción.

Ya han pasado más de dos años de la aprobación y publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de la Industria Eléctrica (9 de marzo de 2021). Entre sus objetivos principales estaban modernizar a la industria.

Parte de la justificación fue fortalecer la rectoría del Estado, contar con los recursos económicos suficientes, vigorizar PEMEX y CFE, lograr impacto en la mejora de la economía de los mexicanos, tanto en el aumento de empleos como en la inversión, de manera que esto repercutiera en la disminución de costos de luz, gas y productos derivados del petróleo.

Cifras de la Agencia Internacional de Energía señalaban que la oferta total de energía en México compuesta de petróleo, gas natural energía nuclear, solar, eólica, residuos, eléctrica y de carbón -después de un largo periodo de crecimiento iniciado a principios de la década de los noventa y hasta finales del 2010-, empezó un periodo a la baja, sobre todo de petróleo y de energías limpias.

Como se observa en la tabla 1 en el caso del petróleo que alcanzó su valor más alto en el 2005 no ha podido alcanzar los niveles que se tuvo en ese año. Similar situación atravesó el carbón y al uso de la energía eólica, nuclear, los biocombustibles y la hidroeléctrica. Llama la atención que la oferta del gas natural se haya mantenido en constante crecimiento.

Year Coal Natural Gas Nuclear Hydro Wind, solar, etc. Biofuels and waste Oil Units
1990 172807 968260 32040 84521 185198 358132 3382597 TJ
1995 241116 1041372 92105 99101 205187 368640 3473002 TJ
2000 288044 1485622 89684 119279 214352 374343 3740186 TJ
2005 508969 1930446 117873 99754 266405 371988 4271668 TJ
2010 555072 2270834 64135 133672 161277 339871 3953639 TJ
2015 479029 2707282 126295 110933 175984 361165 3782636 TJ
2020 369000 3356537 88702 96541 225321 367129 2888981 TJ
2021 327626 3432456 126600 124369 236223 367133 3258858 TJ

Fuente: Agencia Internacional de Energía, capítulo México

De ahí que parte sustantiva de estas reformas fue plantear la apertura de la inversión extranjera directa en este sector sin que el Estado dejara la rectoría en manos de inversionistas extranjeros. En este contexto, la reforma de la Ley de Hidrocarburos publicada en el DOF el 11 de agosto de 2014 centró su discusión en dar mayor importancia a la inversión en energías renovables. Este tema era prioritario porque en el mundo los sectores que más utilizan energía son el transporte, con el 29%, industria 28%, residencial 22% y otras 12%.

En México no ha cambiado la situación, por el contrario, es más grave. El consumo más alto lo concentra el transporte con 43%, le sigue la industria con 34%, el residencial y comercial con 20% y la actividad agropecuaria con 3%. Lo mismo sucede con la producción de hidrocarburos (petróleo y gas) que representan 83% de la producción nacional, las energías renovables 10.5% y el carbón 3.6%.

Actualmente el sector energético en el país aporta aproximadamente 7% del PIB. Petróleo y gas contribuye con 4.7% y electricidad 2.3%. Dentro del sector eléctrico la generación de energía concentra 75% de la actividad económica, transmisión y distribución 12%, y suministro y comercialización 13%. Es decir, hay una fuerte dependencia en la oferta de energías tradicionales del sector energético que se agudiza y combina con el robo de combustible, la corrupción, una administración cuestionable que poco abona a la reconversión de energías limpias y sustentables

Un estudio realizado por el Centro de Opinión Publica (COP) de la Universidad del Valle de México denominada Reforma Energética en México, ¿Iniciativa que divide? publicada el 22 de febrero del 2022 señalaba que el 48% de los encuestados estaba de acuerdo con la reforma pues se tenía la expectativa de la disminución de los costos de la energía eléctrica.

No obstante, hay un panorama que pone en duda la reforma y sus efectos positivos pues la sombra de la corrupción al interior de instituciones como CFE (20%) o la falta de infraestructura (15%), además, de un descontento con el papel del Estado empaña una opinión favorable en la reforma, de hecho, 61% de los encuestados indicó la preferencia de una reforma energética sin el monopolio del Estado.

Mtro. Armando Puebla Maldonado, licenciado en Economia, con especialidad en Política Económica y Maestría en Desarrollo Regional. Experiencia como analista económico en la Confederación de Cámaras Industriales de la República Mexicana